1928 EL PRINCIPIO DE UNA ILUSIÓN

 

Por Manuel Amiguet Boix

y

Josep Antoni Branchadell i Ribes

 

 

Construido el Hotel ALOHA,

el Restaurante MORRO

retomaba el principio del sueño

de una BURRIANA turistica,

y a fecha de hoy año 2000,

sólo el Hotel ALOHA

el Restaurante MORRO y

el Club Naútico

sonla única realidad

de aquello que tenía que ser una

BUURRIANA turistica

quedando el resto en eso,

solo una ILUSIÓN

TRAZOS DEL MORRO

Éramos cuatro amigos:

Francisco Traver Barberá, Joaquín Conde Dodí,Vicente Asensio Palomero

y yo mismo Manuel Amiguet Boix, los cuatro burrianeros de la “soca”

y inscritos en esa fanfarronería burrianera nos diferenciaba la edad,

Paco nació en el 1902, Joaquín en el 1907, Vicente en el 1917

y yo en el 1920 nos distanciábamos en las ideas políticas,

Traver era un enamorado de la Falange, Conde un nostálgico de la Ceda,

Asensio un Liberalote tirando a Tradicional y el cuarto un Liberal

que cree en la palabra de Cristo y partidario de la Republica como Institución,

manteníamos concepciones dispares en cuanto a planteamientos económicos;

Paco Traver era de los de “asentat i dona”, Joaquín Conde consideraba

un insulto la práctica de la   propina, Vicente Asensio mantenía la filosofía

de que las manos no se habían hecho para guardar cochinas pesetas

y Manolo Amiguet “ni fu ni fa” porque en aquellos tiempos, todavía estaba saliendo de la utopía para entrar en la realidad. Sin embargo a pesar de ser notorio en discrepancias en cuanto a convicciones sobre el mundo que nos rodea, la sublime verdad radicaba en que la sagrada sustancia que fundía nuestros diversos pensamientos se correspondía con esa química que te hace querer a un semejante por la atracción espontánea que da origen a penetrar en las paradisíacas sensibilidades que presiden el don de la sincera amistad y que sin premeditaciones de ningún orden entras en el cielo de los amigos del alma, esos que cuando alguno de ellos se va como dice el poeta te arranca tirones del alma y notas en tu propio ser un vacío que nada lo llena en el curso de tu propia existencia, tuve la mala fortuna que Vicente primero y Paco un poco después se fuesen demasiado prematuramente a la llamada del mas allá, me quedé solo con Joaquín que también nos dejó casi veinte años después, pero esos tragos son demasiado amargos, menos mal que he tenido la gran suerte de contar con el respeto y el cariño de sus hijos, que no han dejado de ser un potencial viviente en mi vida.
Entonces es en honor a los amigos que se fueron y como testimonio de que mi inmenso grato recuerdo hacia ellos será imperecedero, el que me ha dado el ánimo de esbozar unos trazos sobre el Morro de nuestros quereres e ilusiones.

MANUEL AMIGUET BOIX

 

 

 

CONTINUARÁ